Pequeños jardines
El aplanado de las paredes, la textura de las toallas, el piso o las piedras contienen, si se pone mucha atención, las historias más fascinantes. Al mirar de cerca, o incluso cerrar los ojos, no existe vida inerte. Éstas historias que son contadas con puntos, líneas y símbolos, contienen caras y paisajes que se acumulan mientras las observamos. Si miramos de cerca, podemos encontrar un sinfin de caminos interiores que nos liberan sistemáticamente, que nos hacen sentir. Al mirar de cerca, no existe estructura capaz de encerrarnos.
Pequeños jardines funcionan como ventanas y espejos en medio de nuestras paredes y límites. En ellos, la vida es evidente y salvaje, no habla en voz baja como la textura de la pared o de nuestra piel. Su objetivo es hipnotizar la mirada para bajar el ritmo de las expectativas y regresar la atención al momento, a nuestro cuerpo y nuestra infinita fuente de vida, la naturaleza.